A veces hay que parar, detenerse, respirar profundo y observar-se para volver al centro...es hora de savasana.
Es hora de recostarse y sentir la conexión con la tierra, de echar raíces sintiéndonos sostenidos, seguros, acunados por la Pacha, de respirar con consciencia lenta y profundamente, de dejar que el cuerpo se sienta pesado, las articulaciones sueltas y los músculos flojos con cada exhalación. Es hora de soltar amarras...somos sostenidos!
Cuando? al finalizar la práctica de yoga o cuando sientas que lo necesitas. Solo 10 minutos bastan. Darte tiempo y espacio son la clave y te aseguro que esos pocos minutos, si perseverás, marcarán un antes y después en tu día.
Quizás después del savasana tengas ganas de prepararte una taza de té calentita o un matecito y comenzar el día de otra manera.
Probamos?
A.M.A.
Ilustración: Dylan Glynn
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