La brisa de la mañana trae perfume a tierra mojada.
Me acerco a la ventana y comienza a llover despacito. La Negrita camina lento bajo esa lluvia sutil en una mezcla de disfrute y vejez. Y el jardín lanza un suspiro de alivio. ¡Es que fueron muchos días de calor. Demasiados!
Por aquí la lluvia llega como un bálsamo: limpia, refresca, riega y también como una invitación: a la lectura, al silencio, al descanso...
Y para vos, cómo es tu día de lluvia?
A. M. A.