Mundos invisibles cruzan en silencio nuestra realidad dejando huella todo el tiempo...
Te soñé anoche. Simplemente me escuchabas. Atentamente me escuchabas.
Hoy volviste cuando atravesando la plaza, durante un instante eterno y fugaz, el viento helado y el sol invernal hablaron de vos susurrando a mi oído. Te cobijé, delicado murmullo, pájaro, belleza, en lo profundo de mi corazón. Gracias!
Estás en el Amor...
A.M.A.