Comenzamos siempre la clase de yoga armando un mudra 🙏, inspirando llevamos el gesto de nuestras manos hacia el cielo y exhalando lo acercamos al corazón. Este primer y sencillo movimiento nos permite comenzar a tomar conciencia de cómo llegamos a la clase desde lo corporal, lo emocional, lo mental y dar el paso inicial para adentrarnos durante una hora a un mundo de auto exploración, de auto conocimiento en donde no hay apuro y la respiración se transforma en el pilar que sustenta la clase.
Al finalizar volvemos a armar el mismo mudra para despedirnos y agradecer la oportunidad que hemos tenido de compartir juntos una clase presencial o virtual. Volvemos a llevarlo al cielo al inspirar y al corazón al exhalar.
Suceden muchas cosas durante la práctica pero si hoy te focalizas solamente en estar atento, observándote amorosamente en estos dos momentos: el inicial y el final, has dado un gran paso...te invito a hacer la experiencia!
A. M. A.