domingo, 6 de octubre de 2019

EN EL JARDÍN

Nada me gusta más que recorrer el jardín cada mañana. No importa si hace frío, calor o garúa.
Descubrir los cambios que día a día se producen en él me ayudan a comprender la vida con su permanente movimiento y ciclicidad y a intuir que "algo" la circunda, la traspasa, la conforma dándole unidad.
Día a día hacer experiencia: descubriendo una nueva flor
o aceptando que el alcanfor cubra mi casa de un manto enorme una vez al año
o untando de tierra negra las manos para armarle una especial cuna a esas semillas de tomate 
o sorprendiéndome con esa planta que recogí en la calle y que creí perdida y hoy tiene un incipiente brote 
o contemplando a Negra y Cata jugando entre las cintas argentinas o recostadas al sol con los ojitos entrecerrados disfrutando del instante...
Sin dudas el tiempo del jardín es especial.


Sol mañanero,
cubierto de brotes
el antiguo ginkgo.
A. M. A.
 

SUBLIME

 Existe un instante que muta según el momento del año. Un instante en el que los rayos del mañanero sol atraviesan las hojas del ficus e ing...