Despierto a las siete, remoloneo en la cama y después de estirarme un poco me levanto.
Al ingresar al baño un primer rayo de sol me pega en la cara. Sonrío.
Llego a la cocina para desayunar, tratando de esquivar a Cata que camina maullando entre mis piernas y me encuentro con la luz de la mañana en todo su esplendor filtrándose a través de las cortinas amarillas.
La sonrisa se transformó en alegría. Qué bendición este día, este instante, gracias!!!
A. M. A.