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El alcanfor del pequeño gran jardín ha estado muy activo esta mañana...bah! en realidad está así todas las mañanas, solo que hoy me dediqué a observarlo con detenimiento mientras desayunaba...
El hornero se la pasó yendo y viniendo a su nido llevando alimento a sus pequeños.
Dos torcazas permanecían juntas en su nido. Cada tanto una de ellas salía a buscar comida mientras la otra, cuidando sus huevitos, nunca se movió del lugar.
Los picaflores, que casi siempre se mueven en pareja, se la pasaron visitando todas las ramas con su clásico y espacial canto.
Calandrias y jilgueros se anunciaban con su melodía y pasaban volando cerca del árbol y no te cuento el revuelo que armaron las cotorras al sobrevolar el lugar!
Catalina, la gata, a mi lado en el banco matero, no sabía para donde mirar con esos ojitos especiales de cuando se transforma en Cata-Maléfica-cazadora. Le recordé que no quiero más regalos y que además tiene comida especial en la cocina pero me miró con indiferencia y salió caminando despacito, despacito...
A. M. A.
