Faltaban 30 minutos aún para la clase de las 3 de la tarde.
Me recosté en la colchoneta para leer pero el sol que se filtraba por
el ventanal me daba de lleno en los ojos obligándome a entrecerrarlos y
soltar amarras...su calor, su luz, el sonido del viento y el canto de
algún ave siestera fueron suficiente...nada faltaba , nada sobraba.
A. M. A.
jueves, 13 de julio de 2017
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