Me gusta la mañana. Sobre todo en esta época primaveral que invita a tomar mate en el jardín.
Me gusta descubrir el canto de la gran cantidad de pájaros que la
pueblan: jilgueros, palomas, torcacitas, picaflores, mirlos, pájaros
carpinteros, cotorras... Todos llenan el cielo con sus singulares cantos.
Me gusta sentir el frescor y brisa mañanera que me obliga a un saco liviano y que más temprano que tarde dejaré por allí.
Me gusta ver la alegría de la Negra, la perra, cuando salgo y me
persigue por el pasillo agarrando mi cintura todo el tiempo como
abrazándome y la locura de Cata, la gata, a la que no le alcanza la
nariz para oler y descubrirlo todo. Ambas siempre viviendo todo como si
fuese la primera vez.
Me gusta recorrer una a una las plantas
quitándoles hojas secas, regando y hablándoles también...les gusta y sé
que algunas más mimosas que otras están esperando la palabra. Increíble
pero cierto.
Sí, me gusta la mañana por esos valiosos instantes de silencio y contemplación que en mí generan...
También me gusta el atardecer pero esa, esa ya es otra historia.
A.M.A.
domingo, 29 de octubre de 2017
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