Amanece
y detrás de los árboles asoma la luz,
podrás pensar que es la luz primordial,
sí pero no,
paradoja.
La única y primera luz habita en tu corazón y en el mío...
A. M. A.
Amanece
y detrás de los árboles asoma la luz,
podrás pensar que es la luz primordial,
sí pero no,
paradoja.
La única y primera luz habita en tu corazón y en el mío...
A. M. A.
Sentarse o arrodillarse en la esterilla ya es fruto y cosecha, leo por allí. Y coincido...
En silencio y acompañada por la música del cielo que cae en forma de lluvia me siento invitada a sentarme y llevar mi cabeza ligeramente baja, colocar las manos en cuenco recogidas sobre muslos y permanecer. Puedo sentir la respiración, puedo sentir el ritmo respiratorio, puedo sentirme en última instancia respirada...
La permanencia me invita a subir los brazos inspirando y entregarme a la tierra exhalando. Repito y repito el movimiento como un mantra y con cada bajada surge con fuerza y desde el centro un agradecimiento a lo que es, a lo que soy, a lo que somos...
Desnuda de todo la entrega aparece.
A. M. A.
La esperanza se renueva cada año cuando comienza la "Primavera"...
En la naturaleza todo brota, nace, se desarrolla, florece. Pareciera que una vez más se repite la estación que todo lo reverdece, pero no, no se repite, porque como en una espiral ascendente, las experiencias de profundidad que deja el "invierno" determinan la calidad y singularidad del crecimiento primaveral.
Despierto temprano. Camino por la casa descalza y en silencio; aún no amaneció.
Pongo la pava, realizo algunos estiramientos y respiro profunda y lentamente.
Con cada movimiento mi cuerpo vibra, se despierta del letargo nocturno.
Cata aparece ronroneando y pidiendo comida...Sí, comienza un nuevo día.
Misteriosamente comprendo que allí esta el secreto y allí estuvo también siempre la invitación: Vivir este instante con todo lo que te ofrece, todo! y descubrir con la alegría que proviene del corazón que solo queda agradecer.
A. M.A.
"Todos hemos conocido momentos en los que estábamos en “nuestro centro”, bien enraizados en la tierra, con esa vertical, ese despliegue lleno de savia hacia la luz. Y en esa no dualidad de la materia y del espíritu, de la psique y de lo espiritual, en ese momento de Trasparencia, hemos saboreado “Otra Cosa” infinitamente simple e infinitamente armonioso, digamos, un momento de paraíso en el que abandonando los Juegos de nuestras dualidades, desgarros o contradicciones, éramos como un árbol plantado en el medio del “jardín” que se deja mirar y alimentar por el pleno sol de mediodía…" Jean - Yves Leloup
Arte: Phan Thu Trang
Jueves ventoso. Como un ojo la luna a través de la ventana, escolta el savasana. foto: Serena Naclerio (Italia)